sábado, 25 de agosto de 2007

EVALUACIÓN, UN PROCESO Y NO UN HECHO PUNTUAL

DIME COMO EVALUAS Y TE DIRÉ QUE TIPO DE PROFESIONAL Y DE PERSONA ERES

Muy interesante el texto, al ir avanzando progresivamente en la lectura de éste, me fui dando cuenta de la similitud entre lo que el autor propone como ejemplos de las distintas practicas evaluativas y mi vivencia escolar previa a la universidad. Voy a partir con un brebe resumen, análisis y comparación de ideas puntuales extraídas del texto, con mi particular punto de vista, es decir, ver diferencias y similitudes, aunque de antemano dejo en claro que no serán muchas diferencias, ya que es muy complicado para mi contrariar o contradecir las propuestas o aseveraciones hechas por este autor, ya sea por conocimiento o por afinidad de pensamiento.

Según el autor la evaluación es un proceso a través del cual deberían afectarse las relaciones entre: evaluados, evaluadores, evaluado y evaluador, es decir, en el proceso de evaluación no sólo debería participar el alumno como evaluado, sino que debería haber una instancia para que los estudiantes actúen como evaluadores y por consiguiente evaluar el desempeño del docente, sin miedo, sin temor a represalias, etc.
El autor propone entre otros, dos componentes básicos que tiene el conocimiento, uno es el valor de uso y el otro es el valor de cambio. Claramente identifico que el señor Santos da mayor relevancia al valor de uso, ya que los alumnos se interesan más por aprender y utilizar ese conocimiento, al contrario del valor de uso, en el valor de cambio, el conocimiento solamente se utiliza con el propósito de obtener una calificación.
Algunos factores que dificultan el desarrollo de un buen proceso evaluativo, son entre otros: el tiempo, la cantidad de alumnos por docente, estimulo del profesor y la tradición de las instituciones. Totalmente de acuerdo con el autor en este aspecto, yo creo que si los cursos fueran más reducidos, los profesionales tuvieran más vocación, mas estímulos, se podría realizar un trabajo evaluativo adecuado, para corroborar aquello solo basta observar y analizar el caso de los colegios particulares.
Dos funciones entre otras, destaca el señor Santos acerca de la evaluación: una es la comprobación del aprendizaje realizado y la otra es la explicación o atribución. Las dos son muy importantes, personalmente creo que ambas son esenciales para mejorar el proceso de Enseñanza/Aprendizaje, en mi caso asumí como mío el problema, cuando no asimilaba la información planteada en la clases, sin embargo, ahora me doy cuenta que la manera de enseñar de algunos de mis antiguos maestros no era la adecuada, creo esto porque al comparar la manera de evaluar de dos de mis profesores noté como en uno de esos ramos tenía buenas calificaciones y en el otro no tanto, incluso aunque la asignatura bien calificada me gustaba menos que la no tan bien calificada.
La evaluación realizada por el docente, puede reforzar o debilitar aspectos intelectuales del aprendiz. Recuerdo que en mis clases de básica, media y algunas de universidad solamente utilizamos la memoria al momento de ser calificados, me pregunto: ¿será por esto que prefiero la memoria a la creatividad? Creo que sí.
Sobre lo que el señor Santos propone acerca de la inteligencia. Yo siempre he pensado que la inteligencia viene estipulada, o sea, cada persona trae consigo cierto grado de inteligencia y así se queda, sin embargo, estoy tratando de asimilar que no es así, es decir, quiero cambiar mi forma de pensar y de verdad entrenar y mejorar mi inteligencia.
Como una de las conclusiones que saco después de haber leído este texto y la experiencia propia. Es que el profesor tiene bastante influencia en el futuro de sus alumnos, por esto, creo necesario que los docentes tengan especial cuidado a la hora de evaluar. Por ejemplo no etiquetar a los alumnos con habilidades o defectos que puedan disminuir las expectativas de aprendizaje.
Me queda muy claro que si un profesor sólo se dedica a traspasar información y a nada más, su forma practicar la evaluación no será distinta, es decir, sólo comprobará mediante el uso de la memoria que los conocimientos están.
Un punto muy importante a mi juicio que toca el autor sobre la práctica evaluativa, es que ésta debe usarse como un instrumento a través del cual no se amenace o castigue, sino que de una manera en la cual el estudiante mejore sus fallas y errores así como también refuerce sus habilidades y virtudes.
Lo que busca el señor Santos Guerra con este escrito y la gran cantidad de ejemplos y comparaciones acerca de las prácticas evaluativas que hay en él, es precisamente la mejora de la puesta en escena de la evaluación, y también como las actitudes y caracteres(forma de ser) de los docentes dan a conocer su forma de evaluar.

Para ir terminando esta reflexión, voy a recordar a una de mis profesoras básicas, la cual no hacía ninguna distinción socio-económica, su forma de evaluar era demasiado estandarizada, creo que eso influyo en el autoestima de muchos de mis compañeros, los cuales eran de un estrato social bajo, y también a que desertaran del sistema educativo. Esta cita la hago en referencia a lo que el señor Santos Guerra dice: “a veces el evaluador no distingue la situación socio-económica del evaluado” y con “muy importante es que la evaluación tiene que ver con la racionalidad pero también con la justicia”.

1 comentario:

Profesora dijo...

Víctor Badilla:
Considero importante tus opiniones personales, sin embargo te recomiendo que estudies la guía para el desarrollo de tu comentario que te ayudará a desarrollar las ideas principales y secundarias que el autor menciona, para eso analiza la lógica del texto; hay punto que son también de gran importancia y que no son considerados en tu comentario, ¿qué ocurre con los principios éticos del evaluador, las actitudes, etc.?, te dejo un ejemplo de análisis.

Miguel Angel Santos Guerra (2003) en su artículo “Dime cómo evalúas y te diré qué tipo de profesional y de persona eres” parte revisando la práctica evaluativa actual. Al respecto plantea, en primer lugar, que el profesor actúa en un contexto que condiciona su práctica de evaluación; donde existen disposiciones legales, supervisiones institucionales, presiones sociales y condiciones organizativas que regulan la actividad evaluativa. A esto se suman los componentes básicos de la evaluación (comprobación y explicación de los aprendizajes); el valor de uso y el valor de cambio que le asignamos al conocimiento y una práctica evaluativa que potencia o debilita el desarrollo de capacidades intelectuales en los estudiantes según sea el criterio del profesor.

En el contexto de esta práctica evaluativa descrita anteriormente, Santos Guerra concluye que la forma de entender y practicar la evaluación permite deducir las concepciones teóricas que tiene el evaluador sobre la inteligencia, sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje y sobre la profesión docente, por una parte; las actitudes que tiene el evaluador hacia sí mismo, hacia los evaluados y hacia sus colegas, por otra, y además es posible develar los principios éticos del evaluador sobre la realidad social, sobre la finalidad de la Educación y sobre la ética profesional.

Por último, el autor, termina su artículo proporcionando sugerencias para mejorar esta práctica. Propone someter la práctica a una crítica rigurosa, y a partir de esto orientar la investigación evaluativa cuyo fruto permita tomar decisiones para mejorar dicha práctica. Sin embargo, la mejora no será posible si no se mejoran primeramente las condiciones en las que se desarrolla dicha práctica. Esas condiciones no se modifican por arte de magia, pero los docentes como profesionales podemos iniciar el proceso.

Cuida tu ortografía, tienes 10 faltas.

Tu calificación es un 78.

La profesora.